Kommern es una ventanita al pasado. Ahí perdido en Alemania, cerca de Aachen y Köln, se encuentra este museo al aire libre. Recorrer este pueblo ficticio es dar un paseo por la Alemania campestre de hace 300 años atrás y yo no pude evitar maravillarme. Por como vivía la gente y lo rápido que todo ha cambiado y por el esfuerzo de conservación al tomar cada una de estas casas y molinos y volver a rearmar creando un pueblo-museo que no por ficticio se ve menos real.
Es ese esfuerzo por preservar la historia que aquí en Chile extraño tanto. Que te permite una tarde de verano preguntarte cómo alguien puede haber entrado en esa camita de madera que parece de juguete. En la falta de luz y la humedad, en los días que se iban en producir lo necesario para vivir. Qué rápido han cambiado las cosas y qué rápido seguirán cambiando, pero por mientras, una tarde de verano para tocar el pasado.
Galería
Datos útiles
- Como me llevaron lo único útil que puedo dar es el nombre del lugar: LVR-Freilichtmuseum Kommern. Y contar que la entrada salió 7.5 euros. Dentro hay una cafetería y un restaurante.