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Bath


Llegué a Bath en una hermosa tarde de verano, después de vivir Stonehenge sintiendo que el día no podía tener más emociones. Me pasee por fuera de todas las casas de té y me senté en una plaza bajo el follaje de los árboles a sentir que si la vida podía ser eso, entonces cada minuto que te lleva ahí vale la pena. Vi la casa de Jane Austen por fuera, vi un bus londinense que era una casa de té, vi a los patos nadar por el río. ​ Vi el sol reflejarse en las paredes amarillas y la gente tomándose cafés en las calles.

Y mientras paseaba buscando el mejor muffin para acompañar mi té de menta y esperaba que el bus del tour no se fuera sin mí reflexionaba. Ahí estaba en un día de semana en un tiempo que va más allá de las vacaciones, con nada mejor que hacer que esperar que se enfriara mi té mientras miraba los barquitos pasar con gente que se sacaba fotos. De mirar otro más de esos puentes-calles construidos que me recordaban a mi tiempo en Florencia.

El tiempo es tan efímero. Sólo existe en ese momento que lo estás viviendo, cierras los ojos y ya está un año atrás y sólo puedes tratar de evocarlo en sensaciones. En ese tiempo en Bath me preguntaba mucho acerca del tiempo de ahora. En cómo poder compaginar ese día perfecto bajo el sol con la vida sustentable. En cómo no dejar ir la oportunidad de parar de visitar una ciudad que quizás nunca más volveré a pisar para escuchar música bajo unos árboles que quizás tampoco volveré a ver pero que me trae recuerdos de mi hogar.

Somos el tiempo que nos queda, leí por ahí esta semana. Pero hoy quiero agregar que también somos el tiempo que fuimos, que vivimos de cierta forma. Y hoy es ese puente entre uno y otro. Y a veces ese hoy es tan perfecto como esa tarde en Bath que queda para siempre capturado en un par de fotos que me traen recuerdos de como la luz se filtraba por las hojas.

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Datos útiles

- Fui a Bath en parte del tour a stonehenge desde Londres. Si van cortos de tiempo es un viaje que recomiendo. Bath también es una ciudad que amerita al menos un día de visita. Están los baños romanos que le dan nombre a la ciudad y que yo no visité porque preferí caminarla. Había mucha fila porque los tours normalmente llegan directamente a visitarla, por lo que vale la pena comprar la entrada con anticipación.

- Se encuentra la casa dónde vivió Jane Austen y se puede visitar y tomar té en ella. También hay muchas otras casas de té que ofrecen el servicio, pero no son baratos.

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